La Sociedad de Comerciantes, Industriales, Propietarios y Afines de Pilar (SCIPA) se pronunció públicamente en contra de los aumentos en los productos de primera necesidad que aplican las grandes empresas, a las que calificó como verdaderas formadoras de precios, desligando de esa responsabilidad al comercio de cercanía.
La Comisión Directiva de la entidad, encabezada por su presidente Alfredo Ventura, los vicepresidentes Enrique Bértola y Gustavo Suárez, junto con el secretario Mauro Moris, advirtió que los incrementos justificados en la suba del dólar responden a decisiones unilaterales de grupos monopólicos y no a los comerciantes.
“Con la marcada recesión que padecemos, subir los precios significa literalmente pegarnos un tiro en los pies. Si a la disminución del consumo le sumamos productos más caros, no cabe duda de que se incrementará la recesión hasta volverse insostenible”, expresó la institución.
Desde SCIPA señalaron que muchas empresas ya habían fijado sus precios tomando como referencia un dólar a $2000, valor que nunca se alcanzó, y que ahora, con la cotización en torno a los $1300, vuelven a remarcar utilizando ese argumento. “La mercadería nunca bajó y ahora vuelven a justificar otra nueva suba”, remarcaron.
La entidad enfatizó que el impacto recae en el comercio minorista, que debe pagar los precios impuestos por la industria y luego enfrenta las quejas de los consumidores. “Los formadores de precios no dan la cara, ellos no venden al público sino a granel, y nada les importa ya que cobran igual”, cuestionaron.
En este contexto, SCIPA aseguró que muchos comercios de Pilar intentan absorber parte de los incrementos para no agravar la caída del consumo, pero advirtió que “las formadoras de precios son un barril sin fondo cuya voracidad conspira contra la actual política económica”.
Finalmente, la institución adelantó que analiza distintas medidas frente a esta situación: “Evaluaremos si la salida es dejar de comprarles o, de última, exponer públicamente la marca y el precio con que llegan al comercio, junto con el porcentaje del aumento aplicado. De esa manera será el consumidor quien decida si lo paga o no. Lo cierto es que la marca debe estar debidamente expuesta para que todos sepan quiénes son los responsables del golpe al bolsillo del consumidor, porque de lo contrario quienes pagan los platos rotos son el comercio y las PYMES”.
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