Bedson consolida su presencia en Medio Oriente con nuevos envíos a Irak y Jordania

La empresa veterinaria Bedson, radicada en La Lonja y fundada en 1980, dio un nuevo paso en su consolidación como laboratorio con presencia global. En los últimos días, la firma comenzó a exportar su producto Bedgen 40 SFA Concentrate a Irak y Jordania, dos nuevos mercados estratégicos del Medio Oriente que demandan tecnología veterinaria de alta calidad.

Con más de cuatro décadas de trayectoria, Bedson se destaca por el desarrollo de soluciones innovadoras para la salud y el bienestar animal. Su apuesta por la investigación, el desarrollo y la calidad la posicionó como un referente en el sector farmacéutico veterinario, tanto en el ámbito nacional como internacional.

El producto exportado, Bedgen 40 SFA Concentrate, es una fórmula de base natural con propiedades hepatoprotectoras, diseñada para mejorar el metabolismo hepático en animales de producción, especialmente aves. Esta línea, que combina componentes naturales con tecnología de formulación avanzada, se ha convertido en una herramienta fundamental en los sistemas intensivos donde la eficiencia es clave.

"El ingreso de Bedgen 40 a estos países demuestra la confianza internacional en nuestros productos y refuerza nuestro compromiso con la innovación y la calidad", expresaron desde la compañía, que ya opera en más de 50 países y cuenta con una red de distribuidores que permite llegar a mercados altamente competitivos.

Esta apertura no solo representa una oportunidad comercial, sino también un reconocimiento a la capacidad del laboratorio pilarense para competir con grandes multinacionales. Desde Bedson destacaron que el crecimiento sostenido de la empresa es el resultado de una estrategia de largo plazo basada en la profesionalización, la inversión en infraestructura y el desarrollo de un equipo humano capacitado y comprometido.

La historia de Bedson es también la de una empresa que nació con una fuerte vocación por la innovación. Fundada hace 45 años, el laboratorio comenzó con el desarrollo de productos biológicos, en una etapa en la que la salud animal era un campo nuevo. A través del tiempo el enfoque se trasladó hacia lo farmacéutico, con la convicción de que allí estaba el futuro del sector.

Hoy en día Bedson cuenta con un catálogo diversificado que abarca soluciones para el mercado avícola, porcino, acuícola y de rumiantes. El producto Fosbac, un antibiótico a base de fosfomicina, marcó un punto de inflexión en la trayectoria de la empresa: no solo por su eficacia, sino porque abrió las puertas del mercado externo y consolidó a Bedson como un laboratorio de referencia.

Detrás del perfil exportador y el éxito empresarial, Bedson sostiene un fuerte compromiso con la comunidad. En plena crisis del 2001, la empresa decidió detener la construcción de nuevas oficinas y la producción de vacunas, pero mantuvo a todo su personal. Fue en ese contexto que, a partir de una iniciativa de los propios trabajadores, surgieron los primeros proyectos sociales.

“Los empleados querían ayudar a quienes la estaban pasando peor. Me contacté con el delegado municipal de La Lonja y me contó sobre unas señoras que cocinaban para los chicos del barrio Los Tilos”, resaltó Alicia Romero en la última charla con Resumen. Lo que encontró fue un grupo de mujeres picando verduras al aire libre, sobre dos tachos improvisados como mesadas, y una olla al fuego donde cocinaban para alimentar a decenas de chicos.

"Los obreros que estaban haciendo las oficinas dejaron esa tarea y se pusieron a levantar un comedor, donde los chicos pudieran sentarse a comer con dignidad. Así nació nuestro comedor comunitario", agregó Romero. Desde entonces, Bedson sostiene ese espacio y acompaña otras iniciativas solidarias, como el apoyo a una escuela estatal de La Lonja que lleva el nombre del Dr. Colusi, uno de los fundadores de la firma.

La historia de Bedson es una combinación de visión empresarial, vocación por la innovación, arraigo en el territorio y compromiso con los que más lo necesitan. Hoy, su proyección internacional no solo es el reflejo de su capacidad productiva, sino también de una filosofía de trabajo que busca crecer sin perder el vínculo con sus orígenes. Desde La Lonja hacia el mundo, Bedson reafirma que es posible exportar calidad, ciencia y valores desde el corazón productivo del conurbano bonaerense.