Miércoles 17 de Septiembre de 2025

Akapol concentra producción en su planta de Zelaya tras el cierre en Uruguay

La planta pilarense se convertirá en el eje central de la producción regional de Fenedur, tras el cierre de la fábrica en Uruguay. La decisión, que deja a 40 trabajadores uruguayos sin empleo, refuerza el rol estratégico de la instalación pilarense en un contexto de crisis industrial y recientes suspensiones en la compañía.


  • Miércoles 17 de Septiembre de 2025
Akapol Zelaya

La compañía Fenedur, fabricante de adhesivos y productos químicos para la construcción, anunció el cierre definitivo de su planta en Canelones, Uruguay, y el traslado total de la producción a la Argentina. La medida, que dejará sin empleo a 40 trabajadores uruguayos a partir del 31 de octubre, tiene un impacto directo en la localidad pilarense de Zelaya, donde Akapol —filial de Fenedur— concentra su operación regional.

El grupo, que produce marcas reconocidas en toda la región como La Gotita, Voligoma, Poxilina, Fastix, Novopren y Éccole, definió reforzar la base operativa que posee en Zelaya, con el objetivo de centralizar la producción y abastecer con mayor eficiencia tanto al mercado interno como a los 18 países a los que exporta, entre ellos Brasil, Chile, España, Israel y Paraguay.

La planta de Akapol en Zelaya, inaugurada en 1972, cuenta con 18 mil metros cuadrados de superficie y emplea a cientos de trabajadores. Allí se fabrican desde hace décadas los productos que forman parte del portafolio de la empresa, y ahora se consolidará como hub regional para la elaboración de pegamentos y selladores.

El traslado de la producción desde Uruguay ocurre en un contexto difícil para la industria. En el país vecino, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Química (STIQ) se declaró en estado de alerta tras la confirmación del cierre. A su vez, la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI) denunció “la grave situación por la que atraviesa la industria nacional”, advirtiendo sobre la pérdida de cientos de puestos de trabajo en distintos sectores.

En Argentina, la decisión llega tras meses complejos para la propia Akapol. En mayo del año pasado, la compañía aplicó suspensiones temporales a 150 empleados por la caída del consumo interno y la acumulación de stock en sus depósitos. Esa medida, que se extendió durante dos meses, puso en evidencia el delicado equilibrio que atraviesa la firma en medio de la recesión.

Con el cierre en Canelones y la apuesta plena por la planta de Zelaya, la multinacional busca no solo optimizar recursos y ganar competitividad, sino también reforzar el peso estratégico de la Argentina dentro de su red productiva. Para Pilar, el movimiento supone un doble impacto: por un lado, el riesgo social que representaron las suspensiones recientes; por otro, la posibilidad de que el ingreso de mayor volumen de producción impulse una recuperación de la actividad industrial en el mediano plazo.

En un escenario de crisis regional y reclamos sindicales en Uruguay, la planta de Akapol en Zelaya se convierte así en el centro neurálgico de una empresa que, pese a las dificultades, sigue siendo referente en el mercado de adhesivos y productos químicos en América Latina.

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