Nueva amenaza de bomba: evacuaron un jardín de infantes en Manzanares

Una nueva amenaza de bomba volvió a encender las alarmas en el distrito de Pilar. Esta vez, el hecho tuvo lugar en el Jardín de Infantes N° 908, ubicado en la calle Pedro Bean 246, a escasos metros del Centro de Salud de Manzanares. La alerta fue recibida alrededor de las 11:30 por el sistema de emergencias 911, justo antes del ingreso del turno tarde, lo que facilitó la evacuación preventiva y evitó exponer a los niños a una situación de riesgo.

Inmediatamente, se activó el protocolo de seguridad, con la presencia de móviles de Bomberos Voluntarios, efectivos de la Policía Bonaerense, Defensa Civil y personal médico que se hizo presente con ambulancias. A las pocas horas del operativo, peritos especializados en explosivos continuaban trabajando en el interior del establecimiento para descartar cualquier amenaza real.

El episodio generó preocupación en la comunidad educativa y vecinal de Manzanares, especialmente por tratarse de una institución destinada a la primera infancia. Padres, docentes y autoridades siguieron con atención el desarrollo del operativo mientras se aguardaban los resultados de la inspección técnica.

Antecedentes recientes: amenazas en universidades

La amenaza en el Jardín 908 se da apenas una semana después de que se registraran dos episodios similares en instituciones universitarias de Pilar. El pasado martes 17 de junio, tanto el campus Nuestra Señora del Pilar de la Universidad del Salvador (USAL) como la sede de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) fueron evacuadas ante mensajes intimidatorios que alertaban sobre la colocación de explosivos. En ambos casos, las inspecciones arrojaron resultado negativo.

Los recientes episodios reflejan una preocupante escalada en este tipo de amenazas en el ámbito educativo del distrito, afectando tanto a instituciones de nivel superior como a establecimientos dedicados a la educación inicial.

Desde el Municipio y las fuerzas de seguridad reiteraron que se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad en los establecimientos, al tiempo que advirtieron que la realización de este tipo de amenazas —incluso cuando se trate de falsas alarmas— constituye un delito penal con consecuencias judiciales para sus autores.