En una entrevista con Infobae, Fernando Farré —condenado a prisión perpetua por el femicidio de su esposa, Claudia Schaefer, en 2015— rompió el silencio y volvió a hablar desde el penal de Campana, donde cumple su condena. El exejecutivo, recordado por haber asesinado a su pareja de 66 puñaladas en el country Martindale de Pilar, se refirió a su vida en prisión, sus recuerdos familiares y su mirada sobre el futuro.
Farré, que en prisión convive con otros detenidos de alto perfil, contó incluso la llegada de Claudio Contardi —expareja de Julieta Prandi— a su mismo pabellón, y describió la rutina carcelaria marcada por la monotonía y la espera.
Consultado por Infobae, admitió que piensa “en la libertad todos los días” y que sueña con la posibilidad de pedirle perdón a Claudia y a sus hijos:
“Pienso si algún día podremos contar la verdad y ayudar a que pare de morir gente. Pienso si podré llevarle una flor a Claudia, y pedirle perdón a ella y pedirle perdón a mis hijos. Yo sé que ella sabe lo que realmente pasó, y que nos vamos a abrazar en el cielo”, aseguró.
Durante la conversación, Farré describió que “todas las noches” sueña con su exesposa y recordó momentos familiares: “Las caminatas frente al mar, las situaciones felices en familia. Son recuerdos pasados que disfruto en sueños, aunque al despertar me cuesta recordarlos”.
Sin embargo, lejos de asumir plenamente su responsabilidad, volvió a insistir en que no controlaba sus actos al momento del crimen. “Yo llegué a la cárcel enfermo del cuerpo y de la cabeza, medicado en tratamiento psiquiátrico. Estaba depresivo, con ataques de pánico, pensamientos suicidas”, dijo, repitiendo la estrategia defensiva que ya había sido rechazada en el juicio de 2017, cuando un jurado popular lo halló culpable y los jueces le dictaron perpetua.
En la entrevista también habló de sus hijos —que quedaron bajo la tutela de su tía materna—, de la soledad y de la rutina tras las rejas: “En la cárcel se sobrevive día a día. Tomo mate, juego al ajedrez, leo poco, escribí un libro en pandemia que quiero que algún día le llegue a mis hijos”, comentó.
Incluso se refirió a una relación sentimental que mantuvo en prisión con una mujer que lo visitaba, y a proyectos inconclusos, como el manuscrito de 200 páginas donde narra su versión del crimen.
A diez años del femicidio que conmovió al país, Farré se muestra oscilante entre un aparente arrepentimiento y teorías conspirativas que intentan justificar su accionar. Mientras tanto, continúa cumpliendo una condena que lo mantendrá tras las rejas, al menos, hasta 2050.
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