“Tengo mucho por decir y mostrar, no me imagino haciendo otra cosa que cantar”

Las audiciones a ciegas de La Voz Argentina llegaron a su fin y entre los últimos ingresos al reality de Telefe se destacó una joven de Pilar: Catalina Ortiz Benegas, quien conmovió al jurado con una sentida interpretación de “En blanco y negro”, el clásico de Silvina Garré.

“Es una de mis canciones preferidas, la canto desde que soy muy chica. Me la mostró mi mamá y eso la hace especial”, relató Catalina sobre la elección del tema que la catapultó al programa. Su interpretación logró que giraran los sillones de Lali Espósito, Soledad Pastorutti y Miranda!, generando una difícil elección para la cantante local.

“Cuando llegaron a girarse los sillones, perdí la noción de lo que estaba pasando. Fue un alivio grande, aunque mientras cantaba solté todo, más allá de si se daban vuelta o no. Al final, fue sorpresivo”, recordó.

Sobre su decisión, explicó: “Estuve muy cerca de elegir a Lali porque lo que me dijo me sensibilizó. Sentí que estaba con el corazón en la mano. Pero a Miranda! los escucho desde los 5 años y soy fanática. Su impronta va más con mi propuesta”.

Catalina lleva más de una década de formación en el arte. Empezó a cantar a los 7 años, cuando su mamá la escuchó mientras bañaba a su hermana. Desde entonces, nunca dejó de tomar clases y fue seleccionada entre cientos de postulantes para integrar la Compañía de Teatro Musical Juvenil de Ricky Pashkus, una experiencia que, según ella, “le cambió la vida”.

Actualmente estudia en el Instituto Argentino de Musicales (IAM), donde se forma como intérprete. A lo largo de su camino, destaca el acompañamiento de sus padres, a quienes considera sus referentes fundamentales: “Me sostuvieron siempre, incluso cuando pensé en abandonar. En lugar de decirme que me dedicara a otra cosa, me impulsaron a seguir”.

Entre sus formadores más influyentes, Catalina menciona a Ricky Pashkus y a la profesora Carolina Etcheverría. “Ricky me abrió las puertas a un mundo del que nunca más me fui. Y Carolina me dio mi primer papel protagónico a los 13 años, vio algo en mí que yo no veía, le debo mucho”, expresó.

Pero más allá de lo técnico, la artista subraya la dimensión espiritual del canto: “Trato de ser un canal hacia algo más grande. Los que tenemos el don de cantar somos un canal energético muy fuerte. Cuando canto, busco transmitir lo que siento, siendo lo más genuina posible y adueñándome de cada canción”.

Más allá de la competencia, Catalina vive su paso por La Voz Argentina como un punto de inflexión: “Lo que busco es crecer, nutrirme con gente que sabe y que el mundo me escuche. Llevo mucho tiempo esperando una oportunidad como esta. No me imagino haciendo otra cosa que dedicarme al arte y a la música. Siempre fue mi visión, mi sueño, y no pienso desviarme”.

Con una propuesta auténtica, años de formación y una historia de entrega, la joven pilarense avanza en el certamen con la esperanza de llegar cada vez más lejos. Su voz, profunda y emotiva, ya empezó a cruzar fronteras. Y promete no detenerse.

Sin embargo, Catalina no es la única representante de Pilar en este certámen. El primero en debutar fue Segundo Maciel, de 20 años, estudiante de Diseño e hijo del exfutbolista Francisco “Pancho” Maciel, campeón con Racing en 2001; quien interpretó “A dónde vamos”, de Morat, y logró que giraran Soledad Pastorutti y Luck Ra. Por último, eligió sumarse al equipo de La Sole. Más tarde fue el turno de Lucas Román Rivadeneira, de 35 años, cantante de gospel y corista de artistas como María Becerra y Diego Torres. Su versión de “Saving all my love for you”, de Whitney Houston, hizo que todos los coaches giraran. El delvisense se inclinó por Lali Espósito.