- Entrevista
La reconocida bailarina y profesora de danzas árabes Anabel Aiello está cumpliendo 25 años de profesión y lo celebrará en el marco de una cena con show en vivo, el próximo sábado a partir de las 21 en un salón de eventos de Villa Morra en Pilar.
El espectáculo se presenta como “Maktub”, palabra árabe que significa “está escrito”, expresión que alienta la idea filosófica del destino o de algo predestinado. Implica que los acontecimientos de la vida no suceden por casualidad, y que lo que está predestinado a suceder siempre encontrará la manera de manifestarse. Semblanza que mucho tiene que ver con hechos agradables y diversas vicisitudes que Anabel superó a lo largo de su vida.
En la singular presentación participarán junto a Anabel, siete bailarinas árabes, cinco de las cuales han sido o aún continúan siendo sus alumnas, con el dato anecdótico que entre ellas participarán Flor, su hija Carmen y su nieta Vale, tres generaciones de bailarinas formadas por Aiello.
Completará el elenco el destacado maestro Eduardo Shadrawy, músico que acompañará cada una de las presentaciones de las danzarinas. Shadrawy es multiinstrumentista con mas de 20 años de trayectoria, especializado en música árabe y fusión.
Desarrolló una técnica propia con el derbake, además de explorar otros instrumentos como guitarra, teclados, bajo y acordeón. Precisamente, el maestro brindó una masterclass hace pocos días en la Escuela de Danzas que dirige Anabel Aiello en Pilar.
Las reservas para participar de la cena show pueden realizarse al teléfono 11-6747-8483.
Gisela Anabel Aiello nació en Pilar el 26 de mayo de 1987. Desde pequeña tuvo especial inclinación por el baile. “A los 13 años me entusiasmé con el baile árabe, viendo el video de Shakira del tema “Ojos Así” y quedé fascinada –comentó Anabel a Resumen-. Dos años después en el 2000 me enteré que una profesora, Roxana Firpo, daba una clase abierta en el Teatro Municipal y no dudé en concurrir”.
“Estuve con ella un año y medio y al poco tiempo fui su asistente con los principiantes, con 15 años recién cumplidos. Cuando la profesora dejó de dar clases en Pilar, me anoté en una academia del barrio de Floresta en Capital Federal, tomando clases particulares”, añadió.
“Para pagar mis clases me decido a dar mis primeras clases de baile árabe en un gimnasio de Escobar los sábados y en el Gimnasio Chechi en Pilar, dos días en la semana. Llegué a tener unos 40 alumnos ahí. Había nacido lo que me había propuesto como meta: crear una escuela de danzas árabes con mi nombre”, resaltó.
“Más tarde, se incorporó al staff del gimnasio un profesor de aeróbica, Gastón Gómez de Olivera y comienzo a perfeccionarme con él. Otro integrante del plantel fue Juan José, profesor de distintos ritmos musicales, que me contrató para integrar un grupo danzas árabes y comparsa que dirigía, realizando presentaciones en distintos eventos en zona norte”, agregó.
“Después me integré a la Escuela Arabian Dance School de Amir Thaleb en el barrio de Balvanera, donde me recibí en 2008, a los 21 años, de profesora de danzas árabes y ritmos latinos. Mientras tanto, seguía dando clases en distintos lugares de Pilar. En 2009, también en el IPEF, me recibí de profesora de Stretching”, contó.
En 2015 cuando retornaba a su casa, a la altura de Pilar Viejo, Anabel sufrió un cruento accidente automovilístico, del que salió muy mal herida con múltiples cortes, escoriaciones y fracturas, entre ellas un traumatismo craneoencefálico grave (TEC) que le provocó una hemiparesia, grave lesión que derivó en una parálisis parcial en el lado derecho del cuerpo, afectándole el brazo, la pierna y los músculos faciales.
“Estuve un mes en coma y tres meses internada –relató Anabel-. Comencé la lenta recuperación en una clínica de rehabilitación neurológica y con terapistas particulares. Creí que iba a tardar mucho en volver a la actividad, pero para mi sorpresa, en plena recuperación, varias alumnas llegaron a mi casa acompañadas por sus padres para que les diera clases aca”.
En plena recuperación, Anabel se recibió de profesora de Gimnasia Integral y Nutrición. Paralelamente - y sin dejar de dar clases de danzas árabes particulares- también se dedicó a realizar entrenamiento modelador y correctivo y fue acompañante de rehabilitación en kinesiología para el tratamiento de lesiones leves musculares, óseas y neuronales, con el complemento de clases de meditación.
Además, Anabel sigue ofreciendo sus shows individuales y grupales de danzas árabes para todo tipo de acontecimientos y eventos. Por otra parte, la inquieta bailarina, sigue perfeccionándose en su actividad profesional.
Oscar Mascareño
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